Andrés Felipe Arias relata la audaz estrategia política que Marco Livio Druso concibió, diseñó y puso en marcha con el propósito de sacar adelante la ciudadanía romana para todos los habitantes de la península itálica; causa esta en la que los aliados italianos tenían depositadas sus esperanzas y que, de alguna manera, evitaba también que el profundo resentimiento se había incubado en la población italiana a lo largo de los siglos detonara en una guerra. En este capítulo descubriremos cómo es que Druso, manteniendo en secreto su verdadero propósito, utiliza su capital y su prestigio para hacerse elegir tribuno de la plebe para el año 91 AC y, ya con dicha investidura, luego se dedica a sacar adelante proyectos de ley que complacían a los diferentes grupos de interés en la política romana de ese entonces, intentando allanar de esta manera el camino para el momento en que revelara su objetivo superior: la ciudadanía romana para toda la Italia